Querido Mister Murphy*,


(usted y sus malditas leyes)
Presente.


Permítame mandarlo a la mierda públicamente una vez más. Usted y sus leyes ya me tienen como puerco al matadero; sudando, sin salida y sin saber a ciencia a cierta que será de mi, deseando que todo sea rápido, no un final feliz, solo rápido e indoloro. Si algo puede o no salir mal siempre, no me debería de importar, sin embargo me afecta y por eso he decidido mandarle esta misiva.

Aca un post laaaargo...


Si todo va llevar más tiempo del que se cree, está bien, pero porque tiene que ser todo lo malo. Es decir, porque cuando me extrajeron las cuatro putas muelas del juicio, ¿porque el oxido nitroso (o el gas que haya sido) no duró más?, ¿Porqué no me duró el resto de mi existencia?, ¿Porque no seguí disfrutando por siempre de la exquisitez de ese gas cerote con el que a uno lo sedan?, no, claro, quitémosle la felicidad al cerote, total ya está acostumbrado. Eso si, el dolor de la puta operación me tenía que durar cuatro días, así como dejarme media lengua dormida durante meses. ¡Eso si tenía que durar vaa!, gracias, por eso Mister Cabrón.

Si de todos los males posibles es el peor el que irá mal, porque entonces no me has permitido arremeter contra mi vida de una vez y para siempre, con las mismas fuerzas que le tengo al tratar de ser feliz y que al final resulta ser un intento patético de existencia. Claro es obvio, lo que pasa es que como la muerte auto inflingida más allá de un castigo es una salida y como todas las salidas son positivas por ello no debe llegar, en cambio el sufrimiento, ese si que dure. Si tan fácil que es gozar con la desgracia ajena vaa pedacito de mierda.

Se que por más que me esfuerce, algo saldrá mal en todos mis proyectos. ¿Recuerda Mr. Murphy, aquella cita que tuve hace unos años en pasos y pedales?, anduvimos en bicicleta, caminamos, corrimos, comimos helado. Hablamos sin parar de todo tipo de abstracciones, mis pendejadas le parecían interesantes, pero ¿por qué tenía que llover?, la lluvia hizo que ella enfermara tras mi intento romántico de caminar bajo la lluvia. Digo, ¿porque tenía que llover?, si el día ni nublado estaba. ¿Por qué? es decir.., porque en lugar de llover en la zona 13 no llovió en, no sé, ¿el Sahara quizás?, ¿Era solo una vez, por qué tanto egoísmo? Tras la lluvia vino el resfrío de ella, y tras el resfrío el tan acostumbrado “mirá fue una mala idea todo esto, hasta nunca (modafoka)”.

Si cualquier solución me trae más conflictos creo que usted me está notificando que de antemano, haga lo que haga, un problema nuevo vendrá a mi por más que intente solucionar las cosas. Como la soltería, muy libre muy todo, pero no hay sexo (¡y la vida sabe que he compartido el lecho con cada cosa (recuerda aquella risa chimuela)!), y como no soy el dandy o playboy al que he aspirado siempre; gracias personajes del cine y la vida real como Hugh Marston Hefner, Larry Flint (antes del disparo), Charlie Harper o los personajes de Woody Allen, para ser específico como Harry Block en Deconstructing Harry; me toca que pagar siempre por el placer, nada es gratis para gente como yo, nada es gratis para la clase media media baja, baja media, pobre alta, alta pobre o como sea.

El que los tontos sean ingeniosos para hacerme la vida una mierda, mire uste, lo mismo me da. Ya estoy tan acostumbrado a lidiar con cada imbécil que se ha convertido en un deporte para mi. Fíjese que la última vez… no, no voy habar de esa. La anterior también me puede ocasionar problemas... mmm. Esta que me acaba de ocurrir (en el preciso instante que escribo la carta) no tiene precedentes pero no puedo hablar de ella tampoco, me traería problemas en el trabajo. Bueno, digamos que me ocurre muy seguido y me aguanto. A veces solo río.

Si la naturaleza es malvada no lo sé, pero hay veces que creo que el destino se ríe de mi a rienda suelta y sin el más mínimo ápice de vergüenza. Recuerda Mister Murphy aquella vez que resbale en la clase, cuando estaba en 2do. B todo por tratar de verle la entrepierna a la de Inglés, recuerda como se rieron de mi. Recuerda como el coordinador del curso del quien huíamos para que no se diera cuenta de lo que estábamos haciendo, aquella vez hombre, cuando al caer rompí mi sueter en un locker y me reventé el labio al caer en un escritorio. Aquella vez que el Hosy dijo “Sr. Arana que más necesita usted para demostrar su incapacidad para comportarse en público. Acaso tendrá que ver a su madre en un hospital por las cóleras que usted le ocasiona para reaccionar”. O aquella vez que por llamar la atención de Rebeca, aquella niña de mi cuadra que me gustaba, esa vez que por buscar su mirada me atropello una bicicleta.

O aquella niña mayor que yo, que siempre que me miraba me golpeaba y jalaba el pelo y que no terminaba hasta verme llorar delante de mis amiguitos. Esos son algunos ejemplos en los que creo que el destino se burla de mi y de mi vulgaridad y que de pasó me escupe en la boca y me deja un sabor a fermento amargo que no me permite vomitar.

No es imposible enseñar algo a alguien que cree saberlo todo. Ahí si coincidimos mire Mister Murphy, en mi vida como reportero hay veces que agarran mis textos con una furia y odio para que al final resulte siendo otra nota. Y cuando trato de explicarles que el orden de las ideas tiene eso, un orden. Todo es molestia e incomodidad “tu no me vas a enseñar a mi Gabriel“.
Cuando se intente demostrar que algo no funciona, funcionará. (Esta ley es aplicable en viceversa). Si, esta es de las que más me molesta. Cuál es la gana de dejarlo a uno como estúpido. ¿Recuerda aquella vez que se fue el audio en mi proyecto final de publicidad, esa vez que hicimos un anuncio bien fumado y funcional al que le desapareció el audio, lo recuerda?- Digo, cuál es el punto, casi no apruebo el curso, no entiendo la gracia.

Si tiene algo importante que decirle a una persona, no la encontrará; si la encuentra, olvidará lo que tiene que decirle; si lo recuerda, la persona ya se habrá ido. Por una puta vez explíqueme la gana cerota de hacer esto. Porque cuando uno por fin hincha los huevos, se los amarra bien, porque en ese instante, la tierra se traga a esa persona. Y porque cuando aparece, no es el momento. Mirá cerote, para mi que aparte de sádico sos un cínico, vos sos coyote de la misma loma de ese otro don vaa… ese hombre que dice que hay que dar la otra mejía cuando te meten un vergazo.

Bueno don cerote, gracias por la atención prestada al acto (que no fue sexual). No cierro esta carta sin antes mandarte a la mierda y recordarte que tu madre de seguro fue la puta más caliente, fea, mendiga y barata de todo Sodoma y Gomorra.
Atte.
Gabriel.
*Algunos eventos y personajes de esta historia son puramente un invento del redactor. Otros son eventos de oídas en buses y cafeterías que coincidían con las leyes de Murphy acá cuestionadas. Otras fueron reales, pero solo pocas.

Comentarios

Picho dijo…
jajajaj. murphy no tiene la culpa. DIOS te odia y esta tras tus huesos quiere quebrarte. bang bang bang, ojas secas que caen, siempre igual, los que no pueden mas se van.
Prado dijo…
formidable.

por cierto, ese Picho anda grueso. Ya le hace falta más panito con ajo o flautitas de pollo.
Al estilo Ché. Comandante.
Luisa F.S.C. dijo…
jaja muy buen post. Me encantó lo gráfico del mismo.
A veces dan ganas de encontrar al fcking Murphy y agarrarlo a patadas. o a veces es q andamos con vibra negativa, que es el imán de éste señor.
Lo mejor para evitar que se acerque en "lo más importante del día" es andar con un limón en cruz con azúcar.

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