Los bares GT (Adiós a los 90´)
Enero me trae nostalgia, era el inicio de todo. Viajes, escuela etc. Hoy me dispongo a recordar sobre como se chingaba años atrás.
Con los amigos de mi hermano mayor me la pasé casi todos los fines de semana entre 1996 y 2000 en tugurios alrededor de la ciudad. He de decir que nunca tuve problemas de venta de alcohol, pues ellos, que ya eran mayores de edad compraban todo, aunque tampoco se preocupaban mucho en esa época si eras menor o no y bueno, yo nunca he sido un gran bebedor. Además, éramos muchos los adolescentes que, acuerpados por malas juntas mayores, conocimos todos estos antros.
Nadie me dejará mentir, pero todos estos lugares se llenaban, siembre había gente tomando afuera porque adentro no había lugar. Claro en este listado no están todos, pero si los que visité frecuentemente. Hablo de bares, no de discotecas pues ese nunca fue mi rollo y de los puteros pues bueno… esa es otra historia. Este es un viaje mental a través de los años, tomá el Delorian y dejate llevar.
Aquellos chupaderos...
La caseta (hoy Acá las alas)
Muchos hablan de este lugar como si vivieran allí, pero en realidad lo que dicen es falso en algunos casos. Este sótano, en el Géminis 10, era un lugar de encuentros. Tenía la tendencia de ser un lugar para gruncheros o quasiroqueros que compraban la cerveza en litro y apreciaban la música de bandas emergentes, oscuro el lugar, poca iluminación. Las fuentesitas de enfrente, hacían las de piletas para algunos, lavaderos para otros y vomitaderos para algunos más. Prado, me recordó esta historia “Él estaba reviviéndola a ella, quien estaba totalmente a verga ¡Rata!, ¡Rata!, ¡Reaccioná rata!” mientras ella era bautizada con el agua de esas piletas y la chava, es decir Rata, no despertaba por más empapada que tuviera la cara y la blusa. Esa misma noche hubo un tiroteo. El agente de seguridad de Géminis disparó al aire y uno de los presuntos delincuentes le gritó ¡Yo soy de la mara de la zona 5… te voy quebrar el culo! Otros dos salieron corriendo con rumbo a la Reforma… al llegar al edificio Reforma Montufar… uno de ellos lanzó una patada que hizo que el otro sujeto cayera desde la baranda al sótano, ahí donde hay un comedor” recuerda Prado.
Tienda el Sol (Hoy un casino coreano de mala muerte en remodelación)
Tenía la apariencia de una tienda cualquiera, cuyo lugar era todos menos en la zona 10. ¡Si los baños de esa cantinucha hablaran! ¿Qué historias no contarían?. Era ésa época en donde un adolescente como yo se podía emborrachar con Q50, ¡que tiempos! Los litros costaban 15 ó 20 en un bar. A veces había una guitarra en vivo.
Si tenías hambre, podías visitar la única carreta de tacos mexicanos callejeros. Sí, la única, era la primera, a la altura de la Roosevelt estaba frente a un carwash donde hoy hay un trailer de EMETRA, siempre se socaba de mara. La porción eran cuatro tacos por Q16 y la gaseosa Q5.
La blanquita (hoy una tienda de repuestos o algo así)
Este ha sido de los peores chupaderos. Era una casa mal organizada en donde habían mesas por doquier. La música era dos que tres, un anuncio del mundo malrboro muy de ahuevo y malas boquitas. Este lugar cobró la fama de ser un punto de tráfico de droga y poco a poco empezamos a llegar más… o menos porque la policía empezó a chingar. La horda de jóvenes buscaban nuevos lugares donde embriagarse.
Una vez entró la policía y empezó a pedir papeles, mi hermano me dice, “¡salite que están pidiendo cédula!”, con casaca y el culo en la mano, salí del lugar escondiendo la cara, y me metí entre los carros a esperar que se fueran los perros de la policía, no pasó nada sólo me cagué del frío.
Sin embargo, luego la cita era comer un gauchito en la calle (ahora cerrada) que estaba frente al monumento a Centroamérica. Para esa época Javier Payeras acaba de sacar el libro (…) Y once relatos breves, en donde creo que mencionó “Los monumentos fueron hechos para orinar” visión profética, este era un mingitorio público de los asistentes a los gauchitos.
Bush Kangaroo Tabern (hoy un local abandonado)
Conocido en la actualidad como Rattle and hum este bar se encontraba antes, sobre la Avenida Reforma con el nombre Bush Kangaroo y antes de estar ahí, se encontraba en la esquina opuesta al Géminis.
Era un antro tranquilo, iba poca mara porque ya era caro, el cubetazo costaba Q75 jajajaja. Ambientado con elementos australianos, así como está Rattle ahora, pero más chafa, el plus es que iba bastante extranjera sobrosoide.
Al salir, la mara tomaba su carro, seguía recto, topaba en el hotel Camino real, a la izquierda y luego a la derecha… En donde ahora está Kalash, frente a Pipas bar estaba la discoteca más muca de la zona 10. Todos hacíamos esa ruta porque en las ventanas (que eran grandes), ponían a bailar a todas las chavas que se movían decentemente sabroso y morboso al compás del chombo (hoy reguetón) y que tenían un cuerpo decentemente masticable. Había carros que se detenían y grupos de hombres que se ponían a tomar en la banqueta de enfrente… y ese lugar se llamaba ¡SABOY! (con eco saboy, boy, boy, boy,).
Las sombrillitas (sigue siendo súper24 pero sin sombrillas)
Hasta muertos hubieron ahí. Era mi primer año universitario ya con mi grupo de amigos visitaba el lugar. En el Reducto de la Landivar solo mara de ingeniería y agronomía llegaba, por lo que la música era igual (texmex, sala, merengue). Más arriba, la Jaca, que era donde “La mara alternativa” se refugiaba, es decir, mariguanos que les gustaba el rock y el billar, era un buen antro, no sé como esté ahora.
Pero si querías salir de ese recargado ambiente universitario estaban las Sombrillitas. Ahora sigue siendo el super24 de la zona 15 pero en esa torta de cemento que está afuera, ahí estaban las Sombrillitas. Era un lugar primordialmente para embriagarse de día. Al salir de la U pasabas a ese lugar y bebías, bebías y bebías a veces desde el receso de las 10:20. Estando ahí vi varios choques, ¡conductores irresponsables que manejaban bebidos!, ja, ja, ja, ja.
La tiendita (una tienda cualquiera)
Las torres gemelas habían caído recientemente, era el tema de conversación en todos los círculos. Resulta que la luz se fue en el bar La tiendita, frente a donde en algún lugar estuvo Bluemoon y la panadería donde vendían harina nasal Queens que a veces era un putero, de repente se empezó a escuchar… “¡Osama, Osama, Osama Bin Laden!, ¡Osama, Osama, Osama Bin Laden!” (grito que la mesa donde yo estaba no empezó y que todos corearon, unos encendían servilletas y las lanzaban al aire) el dueño del lugar se asustó y le empezó a decir a la audiencia que dejaran de gritar porque los vecinos se quejaban. Todos siguieron gritando hasta que regresó la luz.
También estaban Cheers (apto para grandes ligas nada más), bulldogs, Motawn, La Tasca, Shots, café oro, donde si mal no recuerdo trabajó el señor de los anillos. Carlos N Charlis (el que dicen que el dueño incendió para cobrar el seguro), La diligiencia, Charlis, shakespeares, y el Esperpento, sin embargo los visité muy poco. Un nuevo lugar nació, un recodo cultural que se llamaba Cuatro Grados Norte, casa de miles de borrachos, la famosa tienda Rosario.
Los barcitos de la zona 1, como las 100 puertas y demás, que antes eran menos siempre han estado ahí. Tacos Tequila a la par del Palacio tuvo un buen inicio, al igual que La estación y muchos bares más. Ocho millones de historias, hay alrededor de esas cantinas, ¿Cuáles son las tuyas?
Con los amigos de mi hermano mayor me la pasé casi todos los fines de semana entre 1996 y 2000 en tugurios alrededor de la ciudad. He de decir que nunca tuve problemas de venta de alcohol, pues ellos, que ya eran mayores de edad compraban todo, aunque tampoco se preocupaban mucho en esa época si eras menor o no y bueno, yo nunca he sido un gran bebedor. Además, éramos muchos los adolescentes que, acuerpados por malas juntas mayores, conocimos todos estos antros.
Nadie me dejará mentir, pero todos estos lugares se llenaban, siembre había gente tomando afuera porque adentro no había lugar. Claro en este listado no están todos, pero si los que visité frecuentemente. Hablo de bares, no de discotecas pues ese nunca fue mi rollo y de los puteros pues bueno… esa es otra historia. Este es un viaje mental a través de los años, tomá el Delorian y dejate llevar.
Aquellos chupaderos...
La caseta (hoy Acá las alas)
Muchos hablan de este lugar como si vivieran allí, pero en realidad lo que dicen es falso en algunos casos. Este sótano, en el Géminis 10, era un lugar de encuentros. Tenía la tendencia de ser un lugar para gruncheros o quasiroqueros que compraban la cerveza en litro y apreciaban la música de bandas emergentes, oscuro el lugar, poca iluminación. Las fuentesitas de enfrente, hacían las de piletas para algunos, lavaderos para otros y vomitaderos para algunos más. Prado, me recordó esta historia “Él estaba reviviéndola a ella, quien estaba totalmente a verga ¡Rata!, ¡Rata!, ¡Reaccioná rata!” mientras ella era bautizada con el agua de esas piletas y la chava, es decir Rata, no despertaba por más empapada que tuviera la cara y la blusa. Esa misma noche hubo un tiroteo. El agente de seguridad de Géminis disparó al aire y uno de los presuntos delincuentes le gritó ¡Yo soy de la mara de la zona 5… te voy quebrar el culo! Otros dos salieron corriendo con rumbo a la Reforma… al llegar al edificio Reforma Montufar… uno de ellos lanzó una patada que hizo que el otro sujeto cayera desde la baranda al sótano, ahí donde hay un comedor” recuerda Prado.
Tienda el Sol (Hoy un casino coreano de mala muerte en remodelación)
Tenía la apariencia de una tienda cualquiera, cuyo lugar era todos menos en la zona 10. ¡Si los baños de esa cantinucha hablaran! ¿Qué historias no contarían?. Era ésa época en donde un adolescente como yo se podía emborrachar con Q50, ¡que tiempos! Los litros costaban 15 ó 20 en un bar. A veces había una guitarra en vivo.
Si tenías hambre, podías visitar la única carreta de tacos mexicanos callejeros. Sí, la única, era la primera, a la altura de la Roosevelt estaba frente a un carwash donde hoy hay un trailer de EMETRA, siempre se socaba de mara. La porción eran cuatro tacos por Q16 y la gaseosa Q5.
La blanquita (hoy una tienda de repuestos o algo así)
Este ha sido de los peores chupaderos. Era una casa mal organizada en donde habían mesas por doquier. La música era dos que tres, un anuncio del mundo malrboro muy de ahuevo y malas boquitas. Este lugar cobró la fama de ser un punto de tráfico de droga y poco a poco empezamos a llegar más… o menos porque la policía empezó a chingar. La horda de jóvenes buscaban nuevos lugares donde embriagarse.
Una vez entró la policía y empezó a pedir papeles, mi hermano me dice, “¡salite que están pidiendo cédula!”, con casaca y el culo en la mano, salí del lugar escondiendo la cara, y me metí entre los carros a esperar que se fueran los perros de la policía, no pasó nada sólo me cagué del frío.
Sin embargo, luego la cita era comer un gauchito en la calle (ahora cerrada) que estaba frente al monumento a Centroamérica. Para esa época Javier Payeras acaba de sacar el libro (…) Y once relatos breves, en donde creo que mencionó “Los monumentos fueron hechos para orinar” visión profética, este era un mingitorio público de los asistentes a los gauchitos.
Bush Kangaroo Tabern (hoy un local abandonado)
Conocido en la actualidad como Rattle and hum este bar se encontraba antes, sobre la Avenida Reforma con el nombre Bush Kangaroo y antes de estar ahí, se encontraba en la esquina opuesta al Géminis.
Era un antro tranquilo, iba poca mara porque ya era caro, el cubetazo costaba Q75 jajajaja. Ambientado con elementos australianos, así como está Rattle ahora, pero más chafa, el plus es que iba bastante extranjera sobrosoide.
Al salir, la mara tomaba su carro, seguía recto, topaba en el hotel Camino real, a la izquierda y luego a la derecha… En donde ahora está Kalash, frente a Pipas bar estaba la discoteca más muca de la zona 10. Todos hacíamos esa ruta porque en las ventanas (que eran grandes), ponían a bailar a todas las chavas que se movían decentemente sabroso y morboso al compás del chombo (hoy reguetón) y que tenían un cuerpo decentemente masticable. Había carros que se detenían y grupos de hombres que se ponían a tomar en la banqueta de enfrente… y ese lugar se llamaba ¡SABOY! (con eco saboy, boy, boy, boy,).
Las sombrillitas (sigue siendo súper24 pero sin sombrillas)
Hasta muertos hubieron ahí. Era mi primer año universitario ya con mi grupo de amigos visitaba el lugar. En el Reducto de la Landivar solo mara de ingeniería y agronomía llegaba, por lo que la música era igual (texmex, sala, merengue). Más arriba, la Jaca, que era donde “La mara alternativa” se refugiaba, es decir, mariguanos que les gustaba el rock y el billar, era un buen antro, no sé como esté ahora.
Pero si querías salir de ese recargado ambiente universitario estaban las Sombrillitas. Ahora sigue siendo el super24 de la zona 15 pero en esa torta de cemento que está afuera, ahí estaban las Sombrillitas. Era un lugar primordialmente para embriagarse de día. Al salir de la U pasabas a ese lugar y bebías, bebías y bebías a veces desde el receso de las 10:20. Estando ahí vi varios choques, ¡conductores irresponsables que manejaban bebidos!, ja, ja, ja, ja.
La tiendita (una tienda cualquiera)
Las torres gemelas habían caído recientemente, era el tema de conversación en todos los círculos. Resulta que la luz se fue en el bar La tiendita, frente a donde en algún lugar estuvo Bluemoon y la panadería donde vendían harina nasal Queens que a veces era un putero, de repente se empezó a escuchar… “¡Osama, Osama, Osama Bin Laden!, ¡Osama, Osama, Osama Bin Laden!” (grito que la mesa donde yo estaba no empezó y que todos corearon, unos encendían servilletas y las lanzaban al aire) el dueño del lugar se asustó y le empezó a decir a la audiencia que dejaran de gritar porque los vecinos se quejaban. Todos siguieron gritando hasta que regresó la luz.
También estaban Cheers (apto para grandes ligas nada más), bulldogs, Motawn, La Tasca, Shots, café oro, donde si mal no recuerdo trabajó el señor de los anillos. Carlos N Charlis (el que dicen que el dueño incendió para cobrar el seguro), La diligiencia, Charlis, shakespeares, y el Esperpento, sin embargo los visité muy poco. Un nuevo lugar nació, un recodo cultural que se llamaba Cuatro Grados Norte, casa de miles de borrachos, la famosa tienda Rosario.
Los barcitos de la zona 1, como las 100 puertas y demás, que antes eran menos siempre han estado ahí. Tacos Tequila a la par del Palacio tuvo un buen inicio, al igual que La estación y muchos bares más. Ocho millones de historias, hay alrededor de esas cantinas, ¿Cuáles son las tuyas?
Comentarios
Yo apenas tengo capítulos en bares en los de la z1, y unos pocos en 4grados. Mi escuela sexo-alcohólica-parrandera la tuve en Antigua hace añitos.
Y ahora "descubro" la zona viva, pero ya en rollo nostálgico... puros bares pa viejos: más ambiente, menos chingadera pelada pero siempre con waro, jeje.
Salud.
Brindo por la Rata, donde quiera que estés, todavía te recuerdo!