Expo de Calanchina


Fotos de una ciudad que por momentos parece inventada. Imágenes de una Guatemala que siempre fue mortal. Gente pintando paredes con mensajes de denuncia. Imágenes que convocan gente, que llenan auditorios, auditorios de gente muerta, gente lenta que levitamos con los brazos caídos en esto que llamamos país. Este es uno que solo sirve para quejarce. Esa es su etimología, “dejémonos de todo, critiquemos todo”. Se escucha no falta rezar y todos acompañan con las palmas “reza el piloto que va a bombardear a los niños de Bagdad’, en una versión con dejos de heavy metal. En un remix de Guaraguau. Si un USACquito me leyera esta descripción de lo que fue una de sus actividades, me mandaría a la hoguera, por describirnos, pues eso es Guatemala. Una crítica fractal de si misma y que no se soporta.

El tiempo pasa y como todo en este país empieza tarde, tarde muy tarde. Un amigo dijo que él y dos más con seis AK-47 podría tomar la ciudad de San José de Costa Rica por 15 días… dichosos los ticos, acá cualquier extranjero viene y se apropia del país. Sin tomar las armas, se lo regalamos a cualquiera que no sea Guatemala, siempre le permitiremos a cualquier extranjero, hacer lo que él quiera, lo que le ronque el culo, solo por el hecho de que nos odiamos tanto que preferimos que un extraño nos mande que uno de nosotros. Si a Roma fueres… todos gritan de pie consignas revolucionarias”el pueblo unido… mientras haya pueblo”, es un concierto religioso, y se suponía que era una exposición fotográfica –pienso-. Esto no es más que una muestra de vivir en el pasado. De un lapsus mental que no sirvió para nada más que para dar un motivo para reunirse y hablar del pasado, de como debieron ser las cosas. Miro al techo contando las tablas, todo es un momento, uno de los discursos se hablan escenas terroríficas “perro de sangre…centinelas de la muerte… perros rabiosos” jajaja todas esas frases dentro de un texto… compañeros y compañeras… todo es un grito popular, es como ir a misa, alguien grita en el ambón y los demás sentados dubitabundos en en su mundo o en las lineas del suelo como yo. Eso es la construcción de la memoria en Guatemala. Eso fue la inauguración de la muestra fotográfica de Mauro Calanchina, muy buenas fotos si, pero toda una diva el señor, 80 minutos de retraso tenía cuando dejé la inauguración de la exposición. Adelante... enciendan la hoguera.

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