Adiós 2009 Adiós, década

Vuelvo a ver y estos 12 meses recorridos fueron estado llenos de intensidad. Errores cometidos, lecciones rudas aprendidas, fue para mi un año que cerró muchos ciclos, muchas cosas inconclusas. Esta década la cierro también, y han sido 10 años de lecciones. Las mañanas y las noches que pasé en el campus de la Landivar...cada historia escondida en los resquicios, cada bar en dónde confesé, donde mostré mi alma una y otra vez. Historias que se quedaron a la mitad.
Le bajé bastante a mi poco consumo, es que siempre fue poco, de alcohol y cualquier otro estimulante. Aprendí a ahorrar, cosa que para mi es todo un evento histórico.

Aprovecho para hacer un brindis de despedida...
Brindo por las amistades perdidas a las que no volveré a ver... por los jamás que se hacen realidad... por las lagrimas vertidas, por el precio de cada una de ellas.

Brindo por la alegría y la tristeza... también lo hago por las angustias, por la neurosis que poco a poco me ha dejado de dominar.
No puedo dejar de mencionar las largas jornadas frente a la computadora viendo películas acompañado, poquísimas veces, de Matilde, la gata de mi hermana.
Brindo también por la paciencia, ese silencio que he llegado a entender y que me ha permitido querer, comprender y amar. Brindo por la inmadurez que a veces nos da valor, que nos permite aventarnos a lo desconocido.

Brindo por el crecimiento perpetuo... por las amistadas nuevas, si, si, si esta bien, quiero decir, brindo por las mismas amistades. Por pagar para que me escuchen y para que me regañen. Por esos sin sabores y por cada insulto recibido... Brindo por las puñaladas en la espalda, las que te permiten despertar y te hace reaccionar que te mantienen alerta.

Brindo por los ascensos no buscados, por el esfuerzo, las habladurías y la angustia ajena, por los salarios y los AUMENTOS.

Brindo por cada minuto de silencio, por las miradas, los besos, por las noches ganadas, por el valor y por afrontarse a lo desconocido.

Por todas y cada una de las cosas que merecen ser brindadas. Y porque mis palabras no profanen a nadie.