Billares Morazán
A estas alturas don Memé (creo que ese era su nombre) ya ha de estar muerto. Cuando nos capeamos del colegio, recuerdo que el Otto (un pizadito que era vicio para el billar y que además era cabrón en las clases) y el Otman (otra firma) íbamos a jugar a Billares Morazán.
A dos cuadras del parque, eran seis mesas con el paño en la mierda y los tacos parecían bananos. Por cuatro pesos la hora, nos la pasábamos jugando y jugando, así fue que aprendí a jugar billar.No perdíamos nada, total no daban clases en el colegio. Simplemente nos la pelábamos en otro lugar.
Seguir la casaca...
La cosa es que la relación con aquellos era bien extraña. Como entenderá la gente que me conoce yo no era el más popular. Con aquellos hablábamos de videojuegos y música etc, cuando ellos no estaban hablando de chombo (conocido como regueton en la actualidad) con el resto de la clase. Casi todo cuarto y quinto bachillerato nos la pasamos ahí. No, tampoco, digamos que fueron varias sesiones, una por semana quizás.
Y es que a decir verdad, cuando la gente se poné a añorar el colegio a mi me dan nauseas. Para mi no fue una época dorada. No tenía dinero ni para los cigarros. Empezaba a trabajar en una oficina de contabilidad los fines de semana. Y nada, que esa época si fue complicada para mi. En la cloaca esa donde me dieron el título todos hablaban de discotecas y chombo como les decía, y no encontraba gente que hablara lo que yo.
Entenderán que no soy pretencioso. Yo hablaba lo mismo que mis amigos de la colonia, caricaturas, rock, películas, lo normal. Pero ahí era distinto. La cosa es que el tiempo pasa y lo que se del algunos es que se casaron, engordaron, etc.
Ayer vi al Otman. Ya no tenía los cuatro aretes en las orejas, y la nariz que le torcieron en una pelea de maras o de asalto o no sé qué, parecía invisible. Recuerdo que no le importaba parecer ladrón –decía, porque así no lo asaltaban- a veces yo le hacía algunos trabajos y el me hacía huevos cuando me querían verguiar.
Pues ayer lo saludé como quien saluda a un compañero de colegio tras años de no verse. Iba con su hija, y la que su pongo es su esposa que no parecía ser mayor de edad.
“Que putas vos como andás?”
bien
”¿Aún vendés compus allá en la zona 15?”
Nel, ahora (movió las manos como si manejara una moto)
“¿Qué?, ¿vendés motos, reparas motos, tenés un taller?”
Neel… soy… soy mensajero.
“pero estás bien, no te quejás”
Nel, no me quejo, ¿y vos? ¿Seguís trabajando de periodista?
“simon, de reportero, sólo eso se hacer, ya lo acepté. Va órale cuidate“
no soy exagerado, creo que le dio vergüenza decirme a que se dedicaba. Pero así son las ondas. Todos tenemos cosas que nos averguenzan creo, o talvez vi de más. Todos tenemos cosas que nos avergUecen.
Hace años que no juego billar, seguramente los Morazán ya no existen. Así como mis ganas de todo.
Comentarios
ya sè que vas a borrar esto pero pues
triste realidad de wannabe.
bueno, ya te puse atenciòn un ratito ahora sigo trabajando, y aunque no seas las misma persona he de decir que ya no voy a responder a tus ataques maricones. Orale pues... te hechas cal.
Seguì chingando total eso es lo qeu te gusta.
Tal vez serás un poco huevón, pero no más que la mayoría de tus colegas.
Hechale ganas amigo, yo soy uno que lee todos los días tus artículos, así habemos muchos te aseguro. Si no, ni perderíamos el tiempo. Además, tu trabajo puede ser un trampolín para algo más, algo más grande o algo más tuyo, pensalo.
Arriba compa.
(Fin de comentario optimista).