¿Te provoca una pared en blanco?... a Guatemala sí
Fe de errata. Este texto lo escribí para el libro De mi barrio a tu barrio (http://bit.ly/Demibarrioatubarrio) sin embargo, el texto no fue utilizado por razones de espacio y tiempo según se me indicó.
Me enteré que el texto no se utilizó gracias a un periodista chileno radicado en Berlín a quien contacté y que de la forma más amable me informó que este texto no estaba en el libro... si no es así no me entero. Un tiempo después le escribí al contacto para que me notificara si esto era real quien me informo que, como decimos aca en Guate "Muchas gracias por participar... Siempre no, gracias (etc)". Con colgar esta publicación pido disculpas a toda la gente que me ayudo para realizarlo.
Me enteré que el texto no se utilizó gracias a un periodista chileno radicado en Berlín a quien contacté y que de la forma más amable me informó que este texto no estaba en el libro... si no es así no me entero. Un tiempo después le escribí al contacto para que me notificara si esto era real quien me informo que, como decimos aca en Guate "Muchas gracias por participar... Siempre no, gracias (etc)". Con colgar esta publicación pido disculpas a toda la gente que me ayudo para realizarlo.
Guatemala es una ciudad en
la que convergen a diario tres millones de habitantes, tres millones de ideas y
estilos de vida. En este momento, las galerías de arte y museos no logran
capturar todo ese sentir, todas esas formas de expresión y es ahí en donde la
capital se convierte en una pinacoteca viva: los artistas urbanos están
asentados y tienen una meta no escrita, convertir la ciudad en un centro
cultural sin puertas y para todos.
Los muros son lienzos para
artistas del grafitti, en ellos plasman sus piezas, cada vez es más difícil
encontrar una pared en una calle transitada que no haya sido intervenida con
una imagen; sus calles y parques, son escenarios
de performances y festivales internacionales y la lista crece con el pasar de
los años. Y aún así, si el guatemalteco no va al arte, este va a él e invita a
todas sus clases sociales, colores de piel y nacionalidades; el escaso apoyo
por años del Gobierno central, municipal y de la dependencia del Ministerio de Cultura
y Deportes no es el pretexto para detenerse, el arte continúa: "Si te gusta pintar... ¡pintá!". Todos encuentran
un lugar y un momento para expresarse en esta ciudad en un género que los cubre
a todos, el del arte urbano que suma más de 20 años desde de su origen en esta metrópoli.
En la actualidad, los escenarios latentes en los que se puede
conocer la obra de los artistas son diversos. El más reciente es el Paseo de la
sexta, un espacio comercial recuperado y vuelto en una avenida peatonal que
atraviesa dieciocho cuadras (casí dos kilómetros) en las que por las tardes,
pintores, músicos, payasos, B-Boys, estatuas humanas e incluso bailarines de
capoeira se apropian de esos espacios -solo por mencionar algunos-. En ese paseo, los artistas transportan al ciudadano de
a pie a otros estados con su creatividad; el peatón ingresa todos los días a un
espacio en el que interactúa con esa realidad artística.
Otra prueba de la actividad y constancia del arte urbano en
Guatemala, son los cientos de grafittis que están en las bodegas de la Calzada
Atanasio Tzul en el sureste de la ciudad. Es un espacio de al menos 200 metros
que se ha convertido en un Hall of fame del
grafitti guatemalteco –incluso en una puerta hay un manifiesto que define el
sentido de ese lugar y la forma de cómo algunos profesionales del graff defienden el arte la comunidad
graffitti: (ortografía de origen)
“Esta va por vos, que con el uso de tu
ignorancia venís/ para arruinar lo que varios años nos costó/ qué? creés que Wozer
nació hace un año o dos?/ creés que soy un pseudo actor, un pseudo-artista?/ un
payaso drogadicto como vos?.../ responden por mí más de 10 años de hip hop/ al
graf le debo la vida que llevo hoy por hoy../ que hacés por mi país?? maltratar
a Bush??/ y maltratás diciendo ‘fuck’ y no jodete en español no??/ no te cobijés
bajo un techo que ninguna/ de tus manos construyó…/ respeté el graff te lo
recomendamos todos/especialmente yo/
Woser”.
Texto que está en un lugar que además es referencia en el país
para nuevos artistas que buscan en la pintura de aerosol un mecanismo de
expresión y un lugar de visita para artistas extranjeros que vienen por primera
vez a la ciudad.
El arte a las calles: orígenes de ejemplos vivos
Una muestra de la
influencia artística de otras naciones en el arte urbano guatemalteco es la
presencia constante del graffiti en muros y paredones de la ciudad y que no
sólo se encuentran en el Centro histórico, pues la periferia y los suburbios
también son hojas en blanco de estos artistas. Prueba de ello es el uso de
palabras en inglés además de la imagen y de la estética hip hop en las piezas
de arte, o su estilo de vida pues en el país se pueden encontrar los cuatro
pilares del hip hop (Graffitti, B-Boing, MC y Dj).
Otro factor histórico que originó el
arte urbano fue el regreso forzado de los inmigrantes guatemaltecos desde
EE.UU., a finales de la década de 1980 y principios de 1990. Ese grupo de
guatemaltecos trajeron en sus manos, la experiencia y el manejo del spray y no
pasó mucho tiempo para que comenzarán a expresarse.
Uno de estos escenarios fue
la colonia San Antonio, un suburbio al norte de la capital (Zona 6). Es ahí donde el
graffiti se instituyó como una visión global de piezas artísticas más allá de
las pintas. Nace una búsqueda por expresarse en cada muro limpio o sucio de la
ciudad. El arte tenía que ser visto por la población, las paredes no sólo mostraban
frases políticas, también presentaban piezas del arte de graffiti.
Como
explican Seimer, Woser y Dhero miembros
fundadores del colectivo Guate Graf,
un crew formado en el 2005 por
artistas urbanos con más de 10 años actividad en la cultura del graffiti
guatemalteco. "Nosotros no comenzamos el graffiti en la ciudad. Somos una
segunda generación. Y asimismo, nosotros trasladamos ese conocimiento y
experiencia, sea en el proyecto Trasciende
(http://guatemalahiphop.com), o
en los cursos que damos en el ArteCentro
Graciela Andrade de Paiz, o en las áreas marginales que visitamos"
agrega Woser. Y a ello, Seimer agrega, "Los primeros artistas del graff,
ahora ya no tiene piezas nuevas, pero su legado quedó. Lo que aprendimos viendo
su trabajo".
Los gestores del arte urbano, una gama de artistas de
edades diversas, coinciden en que todo comenzó a principios de la década de los
años 1990, cuando el arte cobró una mecánica distinta. En ese momento, el
núcleo urbano del país y su Centro Histórico, se convirtieron en la cuna de
artistas emergentes. Ellos encontraron en las calles el espacio que no obtenían
en las escasas galerías de arte de la época, en medio de un tardío sistema de
represión política –el final de la guerra interna estaba por terminar–, y fue
en 1996 con la firma de la paz que el cambio fue evidente.
Ahora,
son ellos, los hijos de la posguerra quienes por medio de artes diversas
reflejan desde esa época su sentir y lo plasman en las calles en una ciudad en
la que día a día amanecen nuevas expresiones, nuevas piezas artísticas. Para
mencionar actores recientes está el colectivo Galería Urbana –integrado por Little,
Nekosonik, Busines y Manito X –,
un grupo de jóvenes que por la noche empapelan la ciudad, puentes y paredes de
parqueos con stenciles artistístico, logran una intervención del espacio
público lejos al vandalismo y plasman íconos pop.
Junto
a ellos, otro exponente que ha cobrado un espacio importante en el arte es el
colectivo Caja Lúdica (http://www.cajaludica.org/). Agrupación por el que han
desfilado jovenes artistas que aprenden juntos y traladan el conocimiento sobre
la ejecución de obras de teatro, clown, malabares y similar con un fuerte
contenido social y que llevan a áreas marginales o como ellos mismos se
describen “asociación civil sin ánimo de lucro, en la que confluyen jóvenes
provenientes de distintos estratos económicos, académicos, sociales y
culturales, que tienen como responsabilidad social, aportar a través de la
formación integral y la sensibilización artística cultural, a la consolidación
de la paz y la convivencia”.
Pero ese colectivo pudo encontrar
uno de sus orígenes en el
festival de arte Octubre azul (un
tributo a la Revolución de 1994) gestado en la segunda mitad de la década de
1990 y a la que se califica como la última pieza en la consolidación del nacimiento del arte urbano en Guatemala. De
esa iniciativa salieron artistas, escritores, pintores, poetas y músicos que
ahora son piezas importantes del arte contemporáneo guatemalteco. Fue en ese
movimiento que que se gestaron los primeros festivales de Arte
Urbano y que funcionaron como ejercicios experimentales que pretendian romper
paradigmas como publican los sitio http://www.deguate.com/ y el diario
http://www.dca.gob.gt/ sobre el origen del festival.
Incluso, esta iniciativa se fraguó
antes de que primer Festival del Centro Histórico se realizara hace 15 años. Fue en Octubre Azul que se organizaron conciertos
masivos y gratuitos de rock en el Parque Central de la ciudad.
Hoy en día hay otros eventos de arte urbano pero
éstos toman un matiz o régimen absoluto que dicta y estandarizan –como el
Festival del Centro Histórico, dirigido por un comité que tiene una relación
directa con la autoridad edil– lo que puede o no ser arte desde su visión, como
explica el analista cultural Guillermo Monsanto, “para que no se salgan de
control. Ganan por un lado pero pierden soltura al estar institucionalizadas.”
Monsanto asegura que no por eso, este tipo de arte deja de ser libre pues hay
otros grupos que siguen por su lado. Sin embargo los movimientos urbanos del presente son muy
diferentes al Octubre azul, por
ejemplo. “En el caso de los grafiteros, han llegado a consensuar espacios con
la Municipalidad o áreas protegidas o específicas”.
El grafitti en la actualidad
En 2012, el
arte urbano “se trata de un arte activo, que puede irse convirtiendo en algo
sofisticado, pero eso únicamente es posible a partir de una tradición, una
continuidad discursiva” dice Javier Payeras, escritor y analista cultural,
sobre la escena actual de este mecanismo de expresión. “La firma de algunos
grafiteros ya es evidente en las calles del centro.”
Pero esa sofisticación se origina del contexto
guatemalteco que influye a los creadores callejeros en lo que plasman en sus
obras. Ese es el caso de las imágenes de violencia que pueden encontrarse en lo
cotidiano y, aunque esa violencia los hace expresarse, esta no se encuentra en su arte: “La violencia es
sólo un detonante, el desahogo les permite crear pero esa violencia no la
reflejan en sus piezas” explica Woser
de Guate Graf.
Pero esa sólo es una cara, pues también existen
casos de creadores con un sistema familiar o colectivo que garantiza su
bienestar individual, lo que posiblemente se traduzca en creación netamente
artística. Sin embargo “al remitirnos al proceso de libertad expresiva en la
sociedad guatemalteca, podemos suponer que la mayoría de las acciones del
movimiento del grafitti responde a la represión social en los diversos espacios
de interacción e intercambio humano” señala el sociólogo cultural Bernardo
Euler Coy. Según explica, es falso creer que el origen del artista del graffiti
sólo viene de un contexto de violencia, pero menciona que sí es evidente que el
sistema social guatemalteco, a través de sus instituciones, responde en muchos
casos con acciones violentas a ese sector. “Principalmente los relacionados a
la seguridad pública, al no tener directrices o procedimientos claros de manejo
a las intervenciones artística en espacios públicos o el respeto a la expresión
social”, declara Euler.
El
planteamiento del arte urbano “refleja la emergencia de colectivos sociales con
ideas propias, aparentemente consensuadas, por ende una propuesta “cultural” o
“contracultural”, en la que la calle solo es un lienzo que enuncia los procesos
de intercambio intelectual y artístico, que podría suceder en espacios
concretos, como organizaciones, casas particulares o la misma calle”.
En
conclusión, el arte urbano es un fenómeno vivo, es el resultado de un diálogo
el artista guatemalteco con su ciudad, a la que le da vida y color, la
convierte en una inmensa intervención artística con una mirada fresca de
jóvenes creativos. Y en palabras de Monsanto, esto incluye “desde los que hacen
acrobacias, teatro callejero, performances y poetas.” Eso hace un intercambio
con la gente de a pie que seguramente les abre la cabeza positivamente hacia
otras posibilidades menos convencionales, explica Monsanto y finaliza: “Hay
muchos espacios que cobran vida.”
El
escritor Javier Payeras expresa que para él, el graffiti es un
lenguaje visual que recurre a las calles para mostrarse y definirse. A pesar de
que la Ciudad de Guatemala es una ciudad violenta, y a pesar de las historias
de violencia que sufren los grafiteros en la ejecución de su trabajo como la
persecución policial y en algunos casos social, ellos siguen expresándose de
esta forma. ¿Por qué? “Pues ¿A vos (a ti) no te provoca una pared limpia?... a
mí sí”.
El guatemalteco y sus mecanismos de expresión: graffiti
El arte del
spray, como mecanismo de expresión dentro del arte urbano, puede ser
estructurado en cuatro pilares acorde al sociólogo cultural Bernardo Euler Coy:
1. Como Movimiento
sociales con frases políticas (generalmente consignas recicladas de
momentos históricos de mayor conflictividad social). Con respecto a eso Monsanto
refiere al desfile bufo La Huelga de todo
los Dolores de la Universidad de San
Carlos. El analista recuerda que el mayor auge fue durante la guerra
interna. “Se empezó con un concepto incipiente de grafitti ya que la subversión
anotaba pintas o dejaban ciertas efigies con stenciles como las del Ché Guevara” menciona Monsanto.
2. Los mecanismo de expresión de
las Pandillas (la Mara 18, Mara Salvatrucha, entre otras).
Estos grupos poseían códigos visuales específicos para el reconocimiento de una
territorialidad y diálogo entre filiales y rivales (movimiento que va en
declive según se puede ver en la escena del grafitti). Pero en el pasado,
principalmente durante la década de los años 1990, pero este fenómeno aunque va
en declive. Esto responde, según el grafitero Sonar, a que la naturaleza de las padillas ha tomado otros rumbos.
“Ahora las maras están más vinculadas con el narcotráfico que con el grafitti.
La territorialidad ya no se marca con el spray” describe.
Ahora, artistas como los integrantes del colectivo Guate Graf ven en este fenómeno una oportunidad y han convertido al graffiti en un mecanismo de educación. Lo ven como una herramienta de expresión y desarrollo personal que enseñan en zonas marginales de la ciudad.
Ahora, artistas como los integrantes del colectivo Guate Graf ven en este fenómeno una oportunidad y han convertido al graffiti en un mecanismo de educación. Lo ven como una herramienta de expresión y desarrollo personal que enseñan en zonas marginales de la ciudad.
3. La
tercera arista en la visión de Bernardo Euler Coy es la de los Movimientos
culturales o contraculturales. Estos presentan propuestas de diseños que
referencian símbolos de lucha social o propuestas innovadoras de carácter artístico
que en algunos casos, tiende a evidenciar la presencia de un artista
específico, mediante un diseño plástico y caligráfico diferenciado, o la
redacción de escritos poéticos o narrativos.
4. Finalmente está la arista institucional:
con la incursión de propuestas generadas por instituciones públicas como un
intento de establecer normativas “políticamente correctas” del buen uso del
graffiti o por el impulso de
organizaciones con acciones similares a las de instituciones públicas, sobre
temas que institucionalmente se consideren humanitarios según indica Euler.
http://www.deguate.com/ Entrevistados Javier Payeras, Bernardo Euler Coy, Guillermo Monsanto, Colectivo Guate Graff, Gerardo Galicia (Fla-K.O.)
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